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El antepasado dial-up de las redes sociales: la BBS

El antepasado dial-up de las redes sociales: la BBS

Kevin Driscoll

Este artículo apareció en IEEE Spectrum, volumen 53, 11, noviembre 2016 bajo el título de «Social Media’s Dial-up Roots». Kevin Driscoll es profesor asistente en el Departamento de Media Studies en la Universidad de Virginia, en Charlottesville.

Link del artículo en inglés: Driscoll, Social Media’s Dial-up Roots

Para millones de personas alrededor del mundo, internet es un simple hecho en sus vidas. Damos por sentado la red invisible que permite comunicarnos, navegar, investigar, flirtear, comprar y jugar. Tiempo atrás, esa red de redes conectaba solo algunas empresas y universidades. Y aunque en la actualidad alcanza los aspectos más íntimos de nuestras vidas, muy poca gente sabe cómo internet se masiva.

Tal vez debido a que la mayoría de las historias de internet se enfocan en las innovaciones tecnológicas: intercambio de paquetes, ruteo dinámico, direccionamiento e hipertexto, por dar algunos ejemplos. Pero cuando una persona que no es ingeniero/a en redes habla sobre internet, ella o él raramente hablan sobre esas cosas. Para la mayoría de la gente, internet es principalmente un medio para chatear con amigos, compartir fotos, leer las noticias, hacer compras. Para quien ha estado conectado solo durante la última década aproximadamente, internet es apenas la instalación de las redes sociales –una infraestructura vital en la que no pensamos mucho, excepto tal vez cuando se rompe–.

Para comprender cómo internet devino un medio para vida social, hay que ampliar el horizonte más allá de la tecnología de las redes informáticas, y asomarse a los improvisados laboratorios de los “hobbistas” de las microcomputadoras de los años setenta y ochenta. Allí fue donde algunas de esas estructuras técnicas y prácticas culturales que ahora identificamos como de las redes sociales fueron desarrolladas por primera vez por pensadores amateurs en su tiempo libre, para fabricar sistemas de colaboración y comunicación mediados por las computadoras.

Por años, antes de que internet se hiciera accesible al público, estos pioneros entusiastas de las computadoras chatearon e intercambiaron archivos entre sí, utilizando simples “sistemas de tablón de anuncios” o BBSs, que más tarde vinculó a grupos diversos de personas y cubrió un amplio espectro de intereses y comunidades. Esos operadores de BBS hicieron las huellas de lo que luego sería la superautopista de la información. Así que se necesita algo de arqueología para saber lo que estuvo antes.

¿Cómo empezó todo? Durante el nevoso invierno de 1978, Ward Christensen y Randy Suess, miembros del Chicago Area Computer Hobbyist’s Exchange (CACHE), comenzaron a ensamblar lo que sería la primera BBS. Los integrantes de CACHE eran apasionados de las microcomputadoras, en ese momento un trabajo esotérico [arcane endeavor] por lo que los newsletters del club eran una invaluable fuente de datos. La nueva idea de Christensen y Sues fue poner todos los newsletters en un archivo online utilizando para ello una microcomputadora adaptada y un recientemente adquirido modem novísimo.

Este modem incluía como característica la de la auto-respuesta, a la que Christensen y Suess agregaron una interface personalizada entre el modem y el switch de hard-reset. Cada vez que el teléfono sonaba, el modem podría detector la llamada entrante y entonces rebooteaba el sistema y arrancaba directamente un programa especial de servidor escrito en lenguaje ensamblador Intel 8080. Reiniciar el sistema con cada llamada ofrecía una terminante [brutal] pero efectiva especie de recuperación de caídas o cuelgues de hardware o software –algo común en equipos caseros de esa época–.

Una vez que la conexión se establecía, el programa del servidor daba la bienvenida a los usuarios, proveía una lista de artículos para leer y los invitaba a dejar mensajes. Christensen y Suess bautizaron al sistema “Sistema de tablón de anuncios computarizado de Ward y Randy” o CBBS. Era, como su nombre sugiere, una versión electrónica de los tablones de anuncios comunitarios que todavía pueden verse en bibliotecas, supermercados, cafés e iglesias.

Cualquiera con acceso a un teletipo o una terminal de video podría discar a un CBBS. Y después de unos pocos meses, una pequeña pero activa comunidad comenzó a formarse alrededor del sistema. En la tradición hobbista de compartir información, Christensen y Suess escribieron un informe sobre su proyecto titulado “Tablón de anuncios computarizado hobbista” que apareció en el número de noviembre de 1978 de la influyente revista de computación Byte.

El artículo daba detalles sobre el hardware que ellos utilizaron y sobre cómo organizaron e implementaron su software. Los autores incluso incluyeron sus números de teléfono e invitaron a los lectores a probar la CBBS. Advirtiendo la naturaleza experimental del sistema, alentaron a los lectores a “colgar y volver a probar, varias veces, si tenían problemas”. Después de la publicación de la nota, las llamadas a su computadora empezaron a entrar.

Durante los años siguientes, cientos de sistema de pequeña escala como el CBBS surgieron a lo largo y ancho del país. Tal vez inspirados en el artículo de la revista Byte, muchos de esos nuevos sistemas fueron organizados por clubs de computadoras locales. En 1983, TAB Books, una editorial que publicó numerosos manuales de electrónica del tipo de hágalo usted mismo, publicó How to Create Your Own Computer Bulletin Board de Lary L. Myers. Para explicar mejor el concepto y el espíritu que alentaba al libro, Myers incluyó el código fuente en lenguaje BASIC para el software del host. La contratapa del libro incluyó una lista de teléfonos de más de 275 BBS públicas en 43 Estados de Estados Unidos. Algunas cobraban una cuota, mientras que la mayoría eran gratuitas. Las raíces de las redes sociales comenzaron a surgir.

En retrospectiva 1983 fue un año crítico para la computación de masas (popular computing). En Francia, el sistema Minitel, financiado por el Estado, completó su primer año operativo completo en París, haciendo accesible noticias, mercaderías y chats para todos los ciudadanos. En Estados Unidos los sistemas comerciales jóvenes ganaron impulso cuando CompuServe reportó más de 50 000 subscriptores de pago.

Incluso Hollywood se interesó por el ciberespacio. En 1983 la película Juegos de Guerra, protagonizada por un joven hacker que explora redes de computadoras remotas desde su dormitorio, devino un improbable éxito de taquilla.

Aunque el microordenador IMSAI y el módem de acoplamiento acústico representados en la película costaron tanto como un auto usado barato, los curiosos usuarios de computadoras inspirados en la película podían comprar productos alternativos en la Radio Shack más cercana por aproximadamente el costo de un estéreo de buena calidad. Y a medida que avanzaba la década el universo en línea se expandió rápidamente, desde su núcleo original de aficionados al microordenador, para abarcar a un grupo mucho más amplio.

Las primeras BBS dial-up fueron en su mayoría asuntos locales. No es algo sorprendente: en los tempranos ochenta, la mayoría de los estadounidenses pagaba una tarifa plan mensual con llamadas locales ilimitadas, pero llamar a otra ciudad u otro estado se cobraba de acuerdo a la distancia, duración y hora del día. Incluso las llamadas al mismo estado podían ser bastante costosas. Para los usuarios principiantes de BBS recibir una monstruosa factura de teléfono era considerado un rito de pasaje. Para evitar hacer llamadas de larga distancia, los usuarios más experimentados restringían su actividad online a los sistemas cercanos que podían ser alcanzados sin costo alguno.

La naturaleza local del uso de las bbs significó que los usuarios asumieran, razonablemente, que la gente que conocían online vivía cerca. Aunque muchas BBS alentaban el uso de seudónimos, o handles, era muy probable que la persona con la que chateás hoy, pudiera ser quien te lleve el delivery o entrenara al equipo de fútbol de tu hija mañana.

Algunos administradores de BBS, o sysops, reforzaban este sentido de comunidad organizando regulares encuentros vis-a-vis, a menudo en plazas locales. Los desacuerdos online –flame wars– también podían mantenerse bajo control debido a que el costo de ser un estúpido aumentaba con la probabilidad de ver a tu interlocutor cara a cara.

Otra distinción clave entre las BBS de acceso telefónico de principios de la década de 1980 y los servicios de redes sociales que utilizamos hoy en día es que, en su mayor parte, cada BBS era un mundo en sí mismo, zumbando en un alegre aislamiento de todo los demás. Con el tiempo, cada sistema desarrolló su propia personalidad idiosincrática. Uno podía centrarse en el comercio de juegos de shareware, otro en discutir sobre política y un tercero en hablar de programas de televisión.

Usuarios experimentados visitaban distintas BBS en sus zonas, manteniendo un perfil separado en cada uno de ellas. En las áreas metropolitanas grandes como Atlanta, Minneapolis, o Houston, podía haber una docena o más BBS locales para visitar. Pero la gente en las zonas menos pobladas rara vez tuvo tanta suerte. Los usuarios rurales con intereses particularmente estrechos -digamos, coleccionar relojes antiguos- pudieron haber tenido sólo una o dos personas más cerca para conversar con ellos. Anhelaban más.

Para superar el coste económico de las llamadas de larga distancia y el costo social del aislamiento, los operadores de BBS necesitaban encontrar una manera de interconectar sus sistemas, crear una red de redes BBS – una Internet popular. Christensen y Suess habían planteado la idea de una red de BBSs en la conclusión de su artículo de Byte de 1978, pero fue el aficionado Tom Jennings quien diseñó una verdadera interred de BBS.

En 1984, Jennings distribuyó gratuitamente desde su casa, en la zona de la Bahía de San Francisco, un programa host BBS para el sistema operativo de Microsoft, MS-DOS. Llamó al programa Fido. La popularidad de la BBS de Fido creció junto a la del MS-DOS, y pronto hubo una docena o más sistemas de BBS ejecutando el programa.

Para probar, Jennings agregó una función experimental a su software que permitió a dos BBSs de Fido llamarse entre sí automáticamente e intercambiar datos. Después de una prueba de costa a costa con John Madill, un operador de Fido BBS en Baltimore, Jennings organizó la primera red de BBSs y la llamó FidoNet. En una década, FidoNet creció hasta convertirse en una red masiva de 20.000 nodos que llegaba a usuarios tan lejanos como Sudáfrica y Nueva Zelanda. A diferencia de lo que ocurre con el Internet actual, las máquinas de esta red normalmente almacenan datos durante muchas horas antes de reenviarlos a su destino. Sin embargo, FidoNet funcionó como una valiosa red mundial de datos.

Las primeras versiones de FidoNet incluyeron una serie de inteligentes decisiones en su diseño que facilitaron el rápido crecimiento de la red. Desde el principio, por ejemplo, Jennings alentó la colaboración publicando documentación técnica sobre los protocolos y formatos de archivo de FidoNet. Como resultado, el soporte para FidoNet se agregó a otros paquetes de software BBS y pronto se convirtió en un estándar de facto para la construcción de tales redes.

Debido a que FidoNet fue administrado principalmente por aficionados, fue diseñado para mantener bajos los costos. Los intercambios entre nodos normalmente se realizaban a media noche, cuando las tarifas telefónicas de larga distancia eran más bajas. El intervalo durante el cual muchas BBSs se negaban a contestar las llamadas de los usuarios, fue conocido por los iniciados como «hora de correo nacional».

Inicialmente, FidoNet solo proporcionaba servicios de correo electrónico inter-BBS. Pero FidoNet permitió a los usuarios de BBS imaginarse a sí mismos contribuyendo a una vasta conversación con gente de todo el mundo. Los recién llegados añadieron más tarde otras características y capacidades.

En 1986, Jeff Rush, operador de BBS en Dallas, creó un mecanismo de conferencia para FidoNet. El sistema de Rush, denominado Echomail, funcionó de forma similar a los foros de CompuServe o a los grupos de noticias de Usenet: podías publicar un comentario, y cualquiera de la red podía responderlo. Pero la participación en esos foros anteriores requería una suscripción mensual costosa o el acceso a un sistema Unix público, mientras que cualquier persona con un PC y un módem podía acceder a Echomail de FidoNet. Como resultado, Echomail se hizo muy popular y fue particularmente útil para la gente que vivía en las áreas rurales o para aquellos con intereses específicos. Por primera vez, toda la población de usuarios de BBS pudo participar en una discusión conjunta.

Más allá de los Estados Unidos, las BBS parecían surgir en cualquier lugar donde se pudiera conectar un microordenador a una línea telefónica. En 1987, Pablo Kleinman, un sysop en Buenos Aires, ayudó a conectar los primeros cuatro nodos de FidoNet en Argentina, y un año después, Juan Dávila, un sysop en Puerto Rico, anunció la creación de Latino Net, una conferencia en español. Tras la disolución de la Unión Soviética en 1991, un usuario de FidoNet con sede en los Estados Unidos distribuyó información técnica sobre la lectura y escritura de mensajes cirílicos y alentó a otros entusiastas de FidoNet a que se pusieran en contacto con el «abrumador» número de usuarios rusos que se unían a la red.

Para 1993, Randy Bush, un defensor de FidoNet en el mundo en vías de desarrollo, estimó que el 59 por ciento de los nodos se encontraban en Norteamérica, el 30 por ciento en Europa, el 4 por ciento en Australia y Nueva Zelanda, y el 7 por ciento restante estaba dividido entre Asia, América Latina y África. Los sistemas africanos pueden haber sido pequeños en comparación con toda la red, pero estas redes pequeñas podían tener un impacto relativamente superior para los usuarios locales. En algunas regiones de África, señaló Bush, un portal de FidoNet proporcionó un medio importante para que los académicos y el personal de las ONG, con escasos fondos, se mantuvieran al tanto de las últimas investigaciones y noticias del exterior.

El crecimiento de FidoNet durante la década de 1980 fue parte de un movimiento más grande hacia una mayor conectividad entre las redes de computadoras. Esas interconexiones se hicieron utilizando gateways especiales que tradujeron mensajes entre redes incompatibles. En 1986, los administradores de varios sistemas Unix institucionales abrieron puertas de acceso a las BBS cercanos, lo que permitió el intercambio de mensajes entre los usuarios de FidoNet, Usenet y la Internet naciente. De hecho, varios grupos de noticias Usenet comenzaron a hacer copias creadas automáticamente de material publicado en las conferencias populares en Echomail.

Es tentador imaginar que estos gateways introdujeron a los usuarios de BBS en Internet. Sin embargo, Internet en ese momento no atrajo especialmente a la mayoría de los usuarios de BBS, que ya estaban metidos en su propio mundo online. El primer Internet se limitaba a las personas con acceso a grandes universidades o centros de investigación, mientras que las BBS estaban abiertos a cualquier persona. Como resultado, los usuarios de BBS podían ser vistos como electrones libres (y raros) en el ciberespacio. De hecho, puede ser más exacto decir que los gateways expusieron la Internet relativamente pequeña a las salvajadas de los BBSers.

A medida que los años ochenta fueron dejando paso a la década de 1990, la caída de los precios de los ordenadores y la disponibilidad de los PC usados permitieron que muchas más personas empezaran a utilizar la tecnología. Los módems también pasaron de ser una opción costosa a un componente estándar en nuevas PCs. A medida que estas barreras a la participación cayeron, una ola de nuevos reclutas se puso en línea, y la cultura BBS comenzó a reflejar intereses más diversos. Adolescentes, educadores, artistas y empresarios se unieron a la creciente población de administradores y usuarios de BBS.

Cientos de BBS aparecieron a finales de los años 80 y principios de los 90 para servir a comunidades e intereses particulares. El Batboard en Columbia, Mo. se dedicó a todas las cosas de Batman, por ejemplo, mientras que el Complete Baseball BBS en Cambridge, Massachusetts se ocupaba de los asuntos que su nombre indica. Los seguidores de Grateful Dead («deadheads») organizaron intercambios de videos y carpooling en WELL de Sausalito, California, y los jugadores hardcore intercambiaron niveles caseros de Doom en Software Creations en Clinton, Massachusetts. El Back Door en San Francisco apoyó a la muy activa comunidad LGBT, mientras que el Backdraft en Key Largo, Florida, proporcionó un lugar de reunión para los bomberos. El Winplus con temas cristianos en Kent, Wash. y la Brewer’s Witch de Houston con orientación pagana eran bien conocidos por sus amistosos encuentros fuera de línea, mientras que DharmaNet unió cientos de BBS budistas.

Libres del asombroso tamaño y del imperativo de ganancias de los servicios comerciales, estas pequeñas BBS orientadas a la comunidad fueron lugares de experimentación. Dada la preponderancia de los hombres en la temprana cultura BBS, muchos sysops se esforzaron por crear ambientes acogedores para las relativamente pocas mujeres que llamaron. Stacy Horn, propietaria de la longeva Echo BBS en la ciudad de Nueva York, fue especialmente tenaz en sus apelaciones a las mujeres, ofreciendo a las nuevas usuarias 12 meses de servicio gratuito y conferencias en línea solo para mujeres. “Pensé que sería un lugar más fresco si hubiera mujeres allí”, comentó en una entrevista de 1996. «¿A quién le importa hablar con blancos de 20 años todo el tiempo?»

A diferencia de lo que ocurre actualmente con las redes sociales, era común que las BBS en pequeña escala investigaran a los nuevos usuarios antes de darles pleno acceso. El Tardis BBS en Indiana, por ejemplo, verificó a todos sus usuarios con una llamada telefónica de voz. Las usuarias que afirmaban ser mujeres fueron invitadas a las secciones «solo para damas» de la Junta Directiva, recién después de haber sido aprobadas por una de sus moderadoras. Incluso el fundador de la Junta, Tom O’ Nan, fue excluido. «Hasta el día de hoy», bromeó recientemente, «¡no sé qué pasó en esa habitación!»

Para comunidades en crisis, una BBS podía ser un centro importante para compartir información. Al comienzo de la epidemia del SIDA, cuando miles de personas estaban muriendo en medio de una cobertura mediática en su mayoría sospechosa u hostil, las BBS proporcionaron una fuente invaluable de información sanitaria y apoyo social. Entre 1985 y 1993, se crearon más de 100 boletines electrónicos para compartir información sobre HIV.

Una piedra angular en esta red fue el Sistema de Información General de Educación sobre el SIDA (AEGIS, por sus siglas en inglés) operado por la Hermana Mary Elizabeth Clark desde su casa en San Juan Capistrano, California. Clark buscó diariamente en las bases de datos médicas sobre tratamiento y prevención y luego utilizó FidoNet para hacer circular esta información a las BBS en más de 40 países de Norteamérica, Europa y África. Mientras tanto, la Red de Ministerios Informatizados para el SIDA de la Iglesia Metodista Unida (CAM) en la ciudad de Nueva York ayudó a combatir el aislamiento que enfrentan muchas personas afectadas por la crisis, respondiendo a las preguntas de los visitantes y en general brindando apoyo.

Durante dos décadas, las BBS proporcionaron a innumerables personas una plataforma accesible para construir comunidades en línea. Jason Scott, director de BBS: The Documentary, estima que hubo al menos 106.418 BBS en funcionamiento entre 1978 y 2004. Y sin embargo, a pesar de su amplia escala, alcance geográfico e influencia cultural, las BBS parecen estar casi olvidados hoy en día. ¿Por qué?

Parte de la razón es su rápida desaparición. Con la comercialización de Internet a mediados de los noventa, miles de BBS parecieron desaparecer casi de la noche a la mañana. Algunas intentaron moverse a Usenet o la World Wide Web, mientras que otras simplemente desconectaron el enchufe y apagaron las luces.

Pero una cosa curiosa sucedió en el camino al olvido: miles de BBS se metamorfosearon silenciosamente en proveedores de servicios de Internet(ISP). En diciembre de 1995, Jack Rickard, editor de la revista Boardwatch, señaló que las estadísticas disponibles sobre el uso de Internet no sumaban: los principales ISP, como UUNET, Netcom, PSINet e InternetMCI, no informaban de suficientes suscriptores como para contabilizar el número total de usuarios activos en línea. Usando una base de datos compilada por su revista, Rickard estimó que más del 95 por ciento de los 3.240 ISPs creados en los dos años anteriores eran antiguas BBS que operaban bajo nuevos nombres. Las mismas líneas telefónicas y módems que antes conectaban llamadas locales entre sí ahora se utilizaban para proporcionar conexiones directas a la Internet global. Al parecer, las BBS de acceso telefónico fueron demolidos para construir rampas de acceso a Internet.

Para los usuarios de Internet actuales, la historia de las BBS es más que mera nostalgia. A medida que nuestras vidas en línea se canalizan a través de un número cada vez menor de proveedores de servicios, la reflexión sobre la larga era del dial-up puede abrir los ojos al valor de la diversidad y el control local.

Después de todo, a menudo la gente se siente frustrada por el hecho de que las plataformas de redes sociales actuales no pueden tratar con disputas a pequeña escala o aplicar políticas diferenciadas a distintos grupos de interés. Los usuarios de BBS del pasado podían quejarse directamente al sysop -quizás con una llamada telefónica- y él o ella podían actuar inmediata y unilateralmente en su nombre. Pruebe eso con Twitter o Facebook. Por eso seguramente valorará más a los sistemas que a menudo funcionan con apenas más que alambre, cinta adhesiva y un sueño, y que permitieron a la gente normal conectarse entre sí a través de sus computadoras.

 

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